Nuestra construcción social de lo correcto por medio de ideas y creencias del mundo ha tenido un impacto simbólico no solo en un ámbito político y social si no en la calidad de personas que estamos formando, como creemos que deben sobresalir y ser “Como deberían ser”, hoy hablaremos de las limitantes establecidas de la Hipermasculinidad, que podemos hacer y cómo afecta nuestro entorno emocional y salud mental.

¿QUÉ PASA CON LA SALUD MENTAL Y LA HIPERMASCULINIDAD?

Tocar este tema para muchos lectores puede ser algo ridículo, o incluso incómodo, la salud mental es significativamente más desvalorizada en el sector masculino pero, ¿por qué sucede esto? La cultura machista en Latinoamérica ha establecido que sean las mujeres quienes estén al pendiente de la salud. Son ellas quienes históricamente se han encargado de procurar la salud de sus esposos, padres, hermanos y familiares en general. Por ende, tenemos toda una carga no solo que la salud mental y presentarse a solucionar un problema emocional es símbolo de debilidad, si no también que es algo “Femenino”.

Ahora, ¿de qué clase de machismo estamos hablando? Machismo para referirnos al conjunto de ideas, acciones, actitudes y normas que tienden a controlar y descalificar todo aquello que se considera femenino, perpetuando las violencias y desigualdades (CONAVIM, 2016). Todas las personas podemos replicar estas actitudes, sin embargo, cuando hablamos de machismo, los hombres solemos sentirnos ofendidos; ¿por qué pasa esto?

 Mirando las estadísticas mundiales, veremos que los hombres somos los principales ejecutores de violencias machistas: a escala común, el 95% de los homicidios son cometidos por hombres (UNODC) y en Latinoamérica 79% de los suicidios los cometen los varones.

La liberación de la masculinidad tóxica permite al hombre descubrir su humanidad más allá de su género. ¿Quién no quiere un amigo, hermano o padre sensible, que no juzgue y sea capaz de demostrar afecto?
(Guillermo Bretel)

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“Actúa como hombre”

La frase que ha marcado a generaciones y que tiene un impacto emocional tremendo, debemos tener en claro que antes de ser “hombres”, somos humanos. Con sentimientos y emociones de una naturaleza muy similar, la diferencia es como expresamos estas emociones y las limitantes que les ponemos, el daño y la falta de apertura que puede causar el orgullo masculino puede ser no solo perjudicial para ellos si no, para todo su entorno.

 Una educación con valores acordes al siglo XXI es la herramienta fundamental para deconstruir los roles arbitrarios que se le han atribuido al hombre a lo largo de la historia y que tanto daño hacen a la sociedad.
(Guillermo Bretel).

¿QUÉ HACER?

  • Identifica los patrones de conducta, habla del tema, comenta y abre los espacios de diálogo acerca del tema.
  • Hombres, basta de ser tan duros con nosotros mismos en una cultura que no nos permite demostrar un gran afecto o emociones de tristeza, comencemos a ser el cambio.
  • Generemos momentos y corrijamos comentarios o actitudes que puedan limitarnos como sociedad. Deja de ponerte limitantes por que si, eres humano.
  • Infórmate más del tema y consigue cómo motivar a generar impacto.

Modelo: Guillermo Bretel – Tema y Redacción: Renato Antelo / IG: @renato_antelo

  • Analízate en las pequeñas cosas, que puedes hacer para comenzar en casa para nosotros y para otros a ser un mejor ser humano.
  • Deja de justificar actos para ganar orgullo masculino, no lo vale.
El hombre, antes de ser hormonal, es un ser racional. En ese sentido, el nivel de testosterona es una justificación muy básica para comportamientos violentos o misóginos. El hombre machista es, más bien, un hombre carente de racionalidad.
(Guillermo Bretel).