Croacia espectacular, Vojko Cruz recorrió el país balcánico de sur a norte y nos cuenta su experiencia con detalles.
En varios artículos de viajes, repiten que Croacia tiene increíbles playas para veranear y que en Dubrovnik se rodaron partes de la serie Game of Thrones, lo que atrae a miles de visitantes. Por si fuera poco, el haber jugado en la final de la Copa del Mundo el año pasado, despertó una ola de curiosidad por conocer más sobre este joven país de la Unión Europea, sin embargo, nada de eso tenía mayor importancia para mí que llegar hasta Sutivan, el pueblito de mis bisabuelos maternos y, de paso, hacer un recorrido por casi toda Croacia de sur a norte.
Mi primera parada fue en Dubrovnik, ciudad que merece una buena caminata por su callecitas, las innumerables escalinatas y la muralla que bordea toda la parte antigua y desde donde se tienen las mejores vistas. Eso sí, caminar por la muralla no es apto para todas las condiciones físicas y se necesita al menos dos horas para hacerlo con calma.
Mi siguiente ciudad fue Split. Allí me enfoqué en pasear el gran Palacio Diocleciano, construido en el Imperio Romano y que, a diferencia de otras ruinas, este palacio está habitado por los ciudadanos. Adentro uno encuentra tiendas, restaurantes, columnas romanas, dos esfinges de Egipto, el mercadito de artesanías y un subsuelo impresionante convertido en museo.
De Split tomé el ferry para llegar a la isla de Brač, donde se encuentra Sutivan y otros pueblitos de veraneo como Bol y su famosa playa Zlatni Rat (Cuerno de oro), que vale la pena conocer.
Siguiendo el viaje hacia el norte, una parada obligatoria es el Parque Nacional Plitvice, un paraíso de 16 lagos conectados por cascadas de agua que varía en tonos de azul y verde dependiendo de su composición y el reflejo de la luz. Me tocó ir un día nublado y con nieve en la cima, aun así el espectáculo visual no tiene nombre. Los que pueden recorrer este parque en verano disfrutan de un paisaje más verde, con mejor clima, pero con mucha más gente.
Finalmente, terminando el viaje llegué a Zagreb, la capital del país, que tiene un estilo muy distinto al de las ciudades de la costa. Allí se siente el movimiento de una gran urbe, pese a ser una ciudad mediana, con muchos parques y lindas iglesias, sobre todo la de San Marcos, que en su tejado tiene plasmados dos escudos: el de la ciudad y el del reino de Croacia, Dalmacia y Eslavonia. En Zagreb, visitar el museo Image of War nos recuerda que este país ha pasado por una cruenta guerra de independencia en los 90’s. Pero volviendo al presente, la ciudad es un ejemplo de resiliencia, con una notable agenda cultural y un claro enfoque hacia el turismo en todo el país.